Jason Rietmann presenta una nueva película, después de Juno o Gracias por fumar, Amor sin escala, muy buena película con un pésimo nombre al español, la película en su idioma original se llama Up in the Air, protagonizada por George Cloney y Vera Farmiga, que significaría algo como “Arriba en el aire” que no tendría nada que ver con Amor sin escalas. La película es una historia muy intensa, nada que ver con una historia romántica normal, al contrario habla de lo difícil de las relaciones humanas en un contexto social, el trabajo, la familia, la pareja entre otras. Muy maduro el guion con una idea muy correcta de las cosas poniendo en tela de juicio el sueño americano, planteándonos el que de la vida después de ya no ser un persona económicamente activa, el desempleo visto desde el punto de vista de alguien que se dedica a despedir gente, el papel de Cloney, muy bien actuado, muy bien logrado y que no es un des-pedidor como tal sino un consolador según el mismo, una persona que guía al trabajador cuando tiene que dar el triste paso de ser despedido. Esto lo coloca en una situación que, desde su punto de vista, lo hace muy feliz, una persona que viaja mucho, solitaria y excelente en su trabajo, su única meta el conseguir 10 millones de millas volando para ser de las pocas personas que han logrado ese objetivo, no se visualiza ni casado, ni con hijos, solo exitoso en el rubro profesional, pero hasta aquí feliz.
De forma muy extraña, la vida cambia por completo cuando su empresa dedicada a patear el trasero del trabajador en diversas empresas que escudadas en la crisis se desecha de la gente brindándoles un falso discurso motivador, en fin, el personaje de Cloney intentará modernizar un poco su estilo ya que deciden que los despidos pueden realizarse por medio de un video-chat y así ahorrar los gastos de transportes y viáticos de sus trabajadores, la tecnología utilizada como un medio acortardor de distancias y ahorro de dinero, que moderno.
La película llega a molestar porque la forma de ser feliz de nuestro protagonista es muy respetable, era su estilo de vida y así le gustaba vivirla, la finalidad de cualquier cosa que hacemos es esa creo yo, el ser feliz, si aparte se puede tener dinero, pues que mejor. El problema es cuando una relación de entrada por salida se mezcla con la boda de una hermana, entonces su entorno es manipulado por todos a su alrededor, un hermana que se casa y se divorcia, una pareja inmadura que no tiene dinero pero que quieren casarse aun con todas sus inseguridades y una relación que es de una noche empezando a ocupar un espacio que ahora esta vacio, las emociones alterando como siempre a la razón, todos juzgando su forma de vivir, sin darse cuenta que todos ellos juzgan lo que ellos no han podido lograr, el ser felices.
Bajo todo este discurso en el cual se plantea el bien y el mal, situación muy repetitiva del director, sino vean de nuevo Juno, que te dice “riégala al cabo no hay problema”, pero que en Up in the Air deja un poco más para la apreciación de las cosas según el espectador. Parece que al final todos a su alrededor arruinaron la vida de nuestro protagonista, porque llenaron de su propia frustración a alguien que en verdad era exitoso. Y como dice nuestro personaje... “no somos cisnes, somos tiburones”
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