22 de mayo de 2009

X Men Origenes: Wolverine (EUA 2009)


Se habla de una segunda época de oro en el cine de súper héroes. Películas precisamente como X-Men, la trilogía comandada las primeras dos por Brian Singer; un director que apostó por una idea social en el comic, tratando temas tan fuertes como la discriminación, la tolerancia y las diferencias sociales ante la gente “distinta”, como en este caso lo son los mutantes. Singer revivió una franquicia que había quedado mal parada en los 90s con las ultimas 2 películas de Batman de Joel Schumacher, que vinieron a destrozar las historias de súper héroes llevadas a la pantalla grande, aunque tiempo más tarde chocaría de frente ante el hombre de acero en “Superman Returns”, después de haber rechazado el realizar la tercera película de X-Men y cerrar su ciclo de películas mutantes, el tiempo le cobraría factura, y su trabajo seria un rotundo fracaso. Lo importante es que de ese tropiezo los superhéroes están de vuelta de manos de Nolan- Bale, Norton-Leterrier, Favroue-Downee Jr y Schneider-Watchmen.


El turno es para Hugh Jackman y su ya conocido personaje de Wolverine; el personaje más carismático de los X Men por sus características rebeldes, alcohólicas y desalineadas, tiene la primera oportunidad en este spin-off de la saga mutante, buscando ahora capturar historias individuales de cada personaje, los más representativos del comic.

Basada en la novela grafica de “Orígenes” publicada en 6 tomos en el año 2002, nos adentramos en los inicios de un personaje emocionalmente inestable, siendo un niño enfermizo, inseguro tiene que enfrentarse a muy temprana edad a la muerte de su padrastro, aunque para él era su padre, de la mano de un trabajador de confianza de la hacienda, que terminará siendo su padre biológico, y quien más tarde sería asesinado por James Howlett o James Logan, mejor conocido por Wolverine al descubrir de manera accidental su don mutante, el cual son unas afiladas garras de hueso que lo marcarán de por vida y esa noche definirá su instinto animal que lo perseguirá hasta su actual existencia; si bien este no será el pasaje más duro en su vida, porque enfrentarse a la idea de que su medio hermano sea su némesis, sin duda, será aquello que más lo lastimara y le hará sufrir por el resto de sus días.



Hugh Jackman encuentra en esta película un gran rival a vencer actoralmente que es el personaje de Sabretooth protagonizado por el actor Liev Schreiber, quien roba cámara por completo, al realizar uno de los mejores villanos del comic y al final creo que más de uno sentirá afinidad ante este personaje que por cualquier otro de los parcos e inexpresivos mutantes, fuera de contexto y de relleno, vendido como truco publicitario de una gran historia con nuevos mutantes, con tan solo apariciones de 2 minutos cada uno, que hace que la historia pierda fuerza y en algunos momentos el personaje principal sea relevado a un papel secundario.

Si la finalidad de los creadores y del director sudafricano Gavin Hood, era darnos un producto donde se plasmara la idea de que el futuro de las películas de súper héroes esta seguro en taquilla y que el público no exige, hoy deberán de pensarlo dos veces y este tropiezo más que anunciado debe de servir como un ejemplo de que no se puede revivir a un muerto con tan solo fe.


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